Volvimos a reencontrarnos en persona, nos saludamos, abrazamos y disfrutamos juntos nuevamente; codo a codo. No como la lógica descarga emocional que la pandemia requería, sino con el afán de hacer nuestras todas las experiencias que podíamos contener, aprehender para nosotros y compartir con los que nos rodeaban.
Como ya he dicho en otras oportunidades cada vez que una Conferencia culmina queda esa nota de melancólico sabor amargo por perpetuar las vivencias disfrutadas recientemente; y en esta ocasión tan particular el nudo en la garganta por la separación hasta la próxima se hizo manifiesto. A pesar de ello, la generosa cuota de intercambios, esa ansiosa necesidad de compartir lo que cada uno de nosotros ha cosechado en sus competencias profesionales, estuvo absolutamente contemplada y con creces.
La valiosa, inquieta y activa participación de tanta juventud anhelante de los saberes que acompañan nuestra vida profesional, de colaborar, intervenir, ayudar fue muestra más que suficiente para sentir que en esas fértiles almas se cosecharon los sueños puestos en esta Conferencia con amplias recompensas.
En esta Conferencia Latinoamericana de Audio AES LAC 2022 organizada por AES Argentina, con la intachable e inagotable coordinación general de Fernando Bacigalupo, tuvimos la oportunidad y providencia de hallarnos envueltos en un entorno de generosidad para el desarrollo y amalgama de nuestras culturas. Quedaron materializadas a perpetuidad las voluntades y esfuerzos de mucha gente que, con gran tesón y perseverancia, consiguió fraguar esta Conferencia de trascendencia mundial. Las intensas horas puestas al servicio de Cana San Martín y Ezequiel Colavita. La inmensa gratitud por su generoso auxilio en todo lo referente a la técnica a Francisco Perez, Christian Palladino, Renzo Pangiarelli y Santiago Marranghello. Las importantes contribuciones y gestión de María Andrea Farina, Iván Markovic, Gustavo Gonzalez, Leandro Rodriguez y Francisco Bissone. Martín Androver y Juan Sestini que participaron como voluntarios cuyo apoyo fue de extrema importancia.
Pasaron disertantes nacionales y extranjeros cubriendo una paleta magistral en tamaño y esencia de temas y soluciones a los grandes desafíos de ingeniería; compartieron conceptos e información de la más alta laya y, además, regalaban la calidez, humanidad y humildad propia de las y los grandes. Hubo, y no podían faltar, intercambios de nuevos desarrollos científicos, de hecho la convocatoria de papers fue uno de los grandes éxitos alcanzados. La competencia de grabación tuvo una participación de nuestra región sobresaliente a través de sus estudiantes. Los patrocinadores dieron fiel muestra de su acompañamiento e hizo posible desde su lugar que esta Conferencia pudiese concretarse. A todas y todos, muchas gracias.
Allá por el 2007, en la primera Conferencia Latinoamericana Argentina, decíamos que es esencial colaborar, participar y compartir entre los pueblos latinoamericanos. Esa alianza entre culturas cobija el verdadero crecimiento. Es de necios despreciar la superioridad intelectual de otros pueblos, la emulación de sus virtudes son características que incrementan nuestra superación colectiva. La frase “la unión hace la fuerza” no es un pensamiento estéril, está lleno de sabiduría que desgraciadamente no sabíamos aprovechar; sin embargo la muestra de lo acontecido en esta reciente experiencia, en las anteriores y las que vendrán demuestra que el camino está trazado y sólo resta transitarlo tal como lo venimos haciendo.
Cuando nuestros sueños y pasiones se sincronizan con uniforme disposición para el esfuerzo y aspiraciones colectivas de progreso, florecen estas experiencias que dejan su huella marcada y acrecientan las armas de progreso individual y general de toda una región.
El deseo inagotable es de ir por más, no esperemos que todo suceda por arte de magia, pongamos nuestro bit de esfuerzo que en la suma de todos ellos seguiremos vivenciando esta maravillosa forma de compartir nuestra profesión.
Gracias por ser parte, junto a nosotros, de esta extraordinaria experiencia y sigue latente el deseo de reencontrarnos en la próxima.
Indio Gauvron
Comisión AES Argentina